jueves, marzo 24, 2005

Diversiva

Buenos Aires, 22 de Diversiva de 2005

1er approach

Tengo la yugular desaforada, ojalá venga Drácula y me desangre y a lo mejor me baja la presión y me internan un par de días, que me vendría bien, considerando que estas últimas semanas (pero seamos francos, han sido los últimos meses, quizás años, quizás toda la vida acumulando latidos enterrados en mi pobre yugular), considerando que estas últimas semanas, decía, me tienen a full con complicaciones y gastos ridículos y la conciencia pidiéndome a gritos que haga algo, algo por la tierra que me cobija y acá estoy, entrampada, ésa es la palabra, subrayémosla: entrampada, dividámosla en sílabas: en-tram-pa-da; pongámosla en negrita: entrampada en la vida que otro inventó para mí, a su medida, con sus modelitos de línea recta y deber hacer y todo eso que viene en un manual para padres que tienen hijos porque está bien tener hijos, que es lo que Dios manda... Y si supieran que mi dios es un pobre dios con minúscula, un dios medio borracho y emporrado, que sabe bailar y no le da ni cinco de bola a ese señor llamado Papa, aunque se esté muriendo y dé lástima; un dios de gente pobre, de dolor de barriga con hambre, un dios más bien piquetero, un dios que se caga en las mayúsculas porque sabe que todo está al revés y que nos dominan los idiotas. Pero ojalá que no, que pronto no, que un buen día no, que un grito no, que ellos no, y ya van a ver...